Tres simples requisitos se exigen para que una película, serie o producción artísticas pase esta prueba.
Aparecen al menos dos personajes femeninos con nombre, no simples figurantes.
Entre ellas mantienen una conversación
Que no tiene como tema un hombre (ni siquiera dos hermanas hablando de su padre)
A pesar de ser poco exigente, si te paras a pensar por un momento…….dime, te vendría a la mente inmediatamente alguna pieza del séptimo arte que lo supere??? Probablemente tendrás que echar cabeza hasta que alguna película o seríe que lo cumpla, acuda a tu mente.
En 1985, Alison Bechdel gracias a la idea sugerida por su amiga Liz Wallace, hizo mención por primera vez de este test en su tira cómica Unas lesbianas de cuidado.
La propia Bechdel menciona como precedente el ensayo Una habitación propia (1929), donde Virginia Woolf critica que en la mayor parte de la literatura de ficción la presencia de un personaje femenino se debe solamente a su vínculo con un personaje masculino existente, y la relevancia del personaje femenino deriva de dicho vínculo.
La prueba se generalizó como una forma sencilla de evaluar la presencia de la mujer en una obra o representación artística. No es un test de feminismo. La obra puede superar esta evaluación y no ser feminista, y puede suspenderlo y tratar temas de feminismo. El énfasis de esta prueba está en observar la desigualdad en el cine o cualquier otra obra artística. Puede parecer una necedad pero si haces el test a la inversa, siempre se cumple. No es que esto sea una regla científica pero si nos ayuda a reflexionar acerca del papel de la mujer en las historias contadas.
Muchos de los grandes éxitos de la pantalla no cumplen las tres condiciones. Tan solo animate a hacer la prueba la próxima vez que veas tu serie o peli favoritas y compruébalo.
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