Perdido en la nieve
- Comunidad Tus Relatos
- 31 mar 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 7 jun 2022

Un grupo de veintidós personas que no se conocían y había organizado un viaje para escalar por la nieve, se desorientó durante una ventisca en la montaña. Pasados unos días, uno de ellos comenzó a sufrir congelación e hipotermia y además una fractura abierta de fémur, lo que llevó a otro compañero a encargarse día y noche de su cuidado; para evitar que empeorase.
—¿Por qué te esmeras tanto? No me conoces de nada. No sabes quién soy.
—No me hace falta conocer a una persona para ayudarla. ¿O es que, antes de ayudar a alguien, me tendría que preguntar si es buena o mala persona? Además, por instinto, una persona siempre tiende a a ayudar a otra.
—¿Pero y si fuera mala persona? ¿Me ayudarías?
—¿Y a qué viene eso ahora? Para realizar las cosas no hay que preguntarse nada, sino actuar. Si uno se empieza a preguntar o a cuestionar todo, jamás hará nada por nadie. Ni siquiera por sí mismo.
—Supongo que tienes razón.
—Aunque la verdad es que... Mira, ¿y si yo te dijera que te ayudo porque eres la única persona que sabe orientarse para regresar a casa? No siempre el que ofrece ayuda es quien tiene la mejor de las intenciones. Tú eres el guía. Sin ti moriría. Y bueno, el resto me da igual mientras yo salga vivo de aquí. Si cualquiera de ellos estuviera en tu lugar, tú también me darías igual.
—Entiendo, pero en cualquier caso, gracias por la ayuda. Y bueno, en cierto modo agradezco tu sinceridad.
—No es nada personal, amigo. Solo supervivencia.
—Curiosa frase: "no es nada personal", ¿no crees? Pero entiendo tus motivos. Voy a dormir un poco si no te importa. Estoy cansado.
Al cabo de varios días más, casi todos fueron rescatados. De los veintidós, uno se quedó enterrado en la nieve a la espera de que las autoridades recuperasen su cuerpo. Uno que se había encargado de cuidar a otro sin darse cuenta de que estaba descuidando su propia salud.
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