El doctor Zagreb Borsovich supo de inmediato que se trataba de una invasión extraterrestre. Sus estudios y cálculos lo condujeron a esa posibilidad hace tres meses atrás pero, como siempre la Sociedad Astronómica Mundial no le hizo caso; fue un caso peculiar nunca antes visto en la historia humana: al menos unas trece astronaves rodeaban el gigantesco edificio de la Sociedad Astronómica. Eran triangulares, de un extraño color morado y con luces titilantes. Flotaban en la espera de una respuesta de los lÃderes del complejo cientÃfico.
-Ellos-dijo el cientÃfico a sus superiores- propusieron que les diéramos al menos ciento cuarenta y cuatro mil personas para hacerles experimento en su planeta…Solo asà se evitarÃa una invasión a escala mundial
El presidente del complejo cientÃfico, en un arrebato de miedo respondió.
-Estamos perdidos…Dios nos ayude…Oh, Dios mÃo
-PodrÃamos llamar a todos los organismos mundiales pero no obtendrÃamos una respuesta unánime. Esto es genocidio lo que planean hacer-respondió Zagreb
-Son una civilización más avanzada, es obvio que no se iban a ir con la manos vacÃas al descubrir este maldito planeta-dijo otro cientÃfico más joven
El presidente entró en nervios. Toda la junta lo seguÃa con la mirada mientras, allá afuera, las purpureas astronaves seguÃan flotando a la espera de su oferta.
-Señores, hace tres años el mundo enfrentó una de las peores pandemias nunca antes vista desde la peste negra que asoló Europa pero esto, esto es mucho peor. Si miles de millones de personas han fallecido desde el 2020, imagÃnense reducir la población con el hecho de entregar ciento cuarenta y cuatro mil personas a esos extraterrestres…
-Daxzaxianos, señor. Se llaman asà mismo por ese nombre-dijo el otro cientÃfico
-¡Ya lo sé, idiota! No es necesario hacer esas aclaratorias, lo importante aquà es salvar el pellejo de este moribundo planeta
En un arrebato de lucidez, el presidente de la Sociedad Astronómica Mundial tuvo una idea.
-Doctor Olivares…Olivares ¿tiene usted todo el reporte biológico de esa especie?
El doctor Zagreb, nervioso, le acerca una inmensa carpeta al presidente.
-Todo, señor. Sabemos casi todo sobre ellos. BiologÃa, nombres, creencias y población
Entonces hubo un consenso entre todos los integrantes de la junta. La primera palabra la tomaba el presidente, con algunas ideas más de Zagreb Borsovich. Uno que otro cientÃfico alaba su mano en protesta, alegando que era un plan muy descabellado y pondrÃan en peligro la vida del planeta entero. Uno de los astrónomos del complejo, desde su oficina miraba como las astronaves desplegaban extraños cañones. Era una señal, cada vez más se acercaba un ataque a grane escala si no se les daba una respuesta a los daxzaxianos.
-Caballeros tengo sesenta y nueve, pronto cumpliré setenta. No voy a dejar que este mundo se acabe antes de mi cumpleaños…Acataremos esta orden con el fin de preservar lo que queda de población mundial. Hagamos esto en nombre de Dios o en el que quieran creer.
Y asà fue, por votación se realizarÃa el tan ansiado plano. Se pusieron en contacto con el lÃder extraterrestre, para darle una respuesta. Los ciento cuarenta y cuatro mil iban a ser una larga espera de pacientes que habÃan firmado en favor de la eutanasia; el plan consistÃa en entregarle personas ya en estado agonizante: pacientes con cáncer, VIH, diabetes crónica. Etc Muchos medios de comunicación destrozaron a la Sociedad Astronómica y, también al gobierno de aquella nación. Un plan tan siniestro, tan retorcido fue el que salvó el planeta de una invasión. Los daxzaxianos aceptaron aquellas vidas al borde de la muerte para realizar sus experimentos. Eso sÃ, todos estaban sedados al momento de abordar las naves pero habÃa algo que no sabÃan...Los tontos extraterrestres fueron engañados pues aquellos supuestos pacientes terminales, eran cadáveres de la morgue. Un plan bien ideado de Zagreb Borsovich.