divertida historia dentro de una nevera
Hacía mucho frio y estaba algo oscuro. El viento soplaba con velocidad y el aire todo iba a congelar.
La señora Leche pálida como la nieve, le pregunta al jamón, ¿Cómo está el clima de hoy? El jamón que es todo un señor, le responde con educación.: Disculpa blanquita no puedo responder, pues ya no siento mis pies. Me acaban de arrebatar parte de mí, quien sabe con qué fin.
Los huevos esperando su destino, hablaban con Don Pepino, aquel pepino con bigote era llamado Don Quijote, le llamaban así pues una vida dura le tocó vivir, perdió a su esposa un mañana, ¡ya no le quedaba nada!
Ellos hablaban de todo un poco y de lo feo que es estar solo. Entre risas y nostalgia estos muy bueno conversaban. Un viejo pepino a los huevos les dio una lección y es vivir con el corazón y sonreír sin temor. Don Pepino a los huevos le pregunta, ¿Qué opinan de una ruptura?; Estos muy nerviosos le responden, cada mañana al despertar un hermano se nos va, termina en manos extrañas y de él no sabemos nada.
Por otro lado, hablaban el queso y el tomate, preguntándose donde está la carne. Un fuerte ruido sacude el frio, era la carne que acaba de organizar una fiesta sin igual. Un Deep House amenizaba el momento y las zanahorias gozaban del encuentro. El pollo bailaba con el cerdo y así todos se fueron moviendo, de un momento a otro alguien despertó. ¡Era la botella de ron!
La Coca-Cola lo abrazo, le dijo que era el mejor, la música más fuerte sonaba y los invitados disfrutaban. Trago tras trago los invitados se iban animando y las cebollas fueron bailando. ¡La carne que era el anfitrión, muy pronto se emborracho!
Está muy mal se encontraba y a los invitados abrazaba, les hablaba de lo importante que es amar y que todos vivieran en paz.
De un momento a otro alguien se calló… Fue un chorizo que se resbalo, un hielo derretido fue el culpable y todos fueron a ayudarle. El chorizo rápido se paró y muy duro se rio…Los invitados preocupados se comenzaron a reír. Esta fiesta no tenía fin.
Ya muy tarde se ponía y el clima más frio se volvía... Unos invitados no podían caminar, de lo más que se encontraban ya. Hojas de lechuga se veían por doquier, esa pobre no se paró de mover.
Champiñones mareados se sentaron a conversar, con manzanas que se iban a acostar, estas estaban verde de bailar y rojas a punto de vomitar. Finalmente, la carne mejoró y está a todos acostó; antes de la fiesta terminar la carne debía de hablar. A su comunidad se dirigió y les dio un lindo sermón:
Amigos míos les quiero agradecer por asistir a esta integración, que les organice con el corazón, quiero recordarles que por más frio y oscuro que el día pueda estar, siempre se puede disfrutar, todos podemos gozar y hasta ponernos a bailar, la amistad y lealtad serán las encargadas de hacer un día único y maravilloso, donde todos seamos uno solo.
Así esta fiesta terminó y la aventura duro por el día de hoy. La vida fría continua y la alegría siempre perdura.
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