Todos alguna vez hemos visto las estrellas, pero estoy segura que nadie como yo, pues yo ví las estrellas más brillantes en unos ojos cafés, pero no cualquier café, eran un café que te desvela, más dulce que el chocolate, adictivos como los cafés en las mañanas; en esos ojos yo ví las estrellas, y nunca las volví a ver igual, ya que sentía que podia ver todo a través de ellos, era como si cuando los miraba contemplara todo el universo, era como si no existiera nada más y fue entonces cuando comprendí que en aquellos ojos cafes estaba todo lo que necesitaba y que mi amor ya era todo de ellos, pues las estrellas eran mas brillantes en sus ojos y sus ojos más brillantes que las estrellas.
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Una gran verdad, que algunos hemos conocido