John, de dieciséis años recién cumplidos, se levantó del sofá y se despidió de su madre —con quien estaba sentado— con un beso en la mejilla. Salió a la calle para dar un paseo y no sabía hacia dónde dirigirse, pero estaba seguro de que acabaría en algún sitio interesante (como cuando emprendes un viaje en coche sin haber elegido un destino y vas tomando caminos al azar). Sin pensarlo, acabó llegando a la puerta de una comisaría, el lugar perfecto para confesar el crimen que acababa de perpetrar.
Subconsciente
Actualizado: 13 may 2021
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