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Foto del escritorAntonio Liz

Ráfagas de La Molava





Continuacion La Tumba de Saxex...

En un lugar lejano atravesando las montañas, Freniud se encuentra sentado en un tronco de árbol mochado, con un cuchillo come una manzana, con su armadura de soldado griego el mira todo lo que ha dejado ya muy abajo. Él mira firmemente como si estubiera analizando cada paso que a tomado en aquellas largas semanas. La mañana es fría, pero solo su mirada tiembla sintiendo el frío. Sus ojos lagrimosos enseñan que el frío está potente, un soldado con solo su armadura refleja lo listo que está para pelear, y en este caso Freniud pudiéramos decir que está en el lado equivocado. Un soldado se acerca a su espalda y a solo dos pasos de él se para firme y le avisa que el Sacerdote quiere su presencia.

Frenieud "Debería estar con mi ejército, perjudicando a mis vecinos y matando todo lo que no me da afecto, en vez de eso estoy aquí, en una misión de poco interés, marchando con un hombre según de fe, que juega un estúpido juego de ajedrez".

Freniud, mira al soldado, pero el soldado no le devuelva la mirada, y de manera como que no le importa,camina sin ritmo de ejército, tirando el cuchillo a un lado y tragándose el último pedazo que tenía de la manzana. Ya a su dirección varias casas de campañas, soldados comiendo y bebiendo, le hacen el saludo de honor "General", con puño en el pecho llaman el nombre con orgullo a todo su paso por el campamento. Al llegar a una casa de campaña amplia, se encuentra con Milán, donde escribe algo en una mesa pequeña de madera, rodeado con diferentes telas, vestimentas sacerdotales y una cama pequeña hecha de madera. Milán está con una bata blanca, y su crucifijo en su cuello.

Milán "No tengo que mirarte para saber que tienes tu armadura puesta sin tu abrigo de piel encima, si quieres morir de una pulmonía es tu problema, pero si acaso mueres tu problema se convierte en l mío en ojos de la Reina."

Freniud "Lástima es perder el momento cuando lo ejecuten."

Milán deja de escribir, y mira a Freniud, como si Freniud a dicho algo curioso, Milán se para y se sirve un poco de vino, donde primero llena otra copa y se la pasa a Freniud, que con cara de poca importancia la toma y la tira al piso.

Freniud "Me trae lejos de mi castillo, y me aleja de mi ejército, también me quiere dar que beber como si fuera un niño, soy el general de este reino y por lo que veo su santidad se ha cobrado el favor, porque en esta expedición usted es el general."

Milan Freniud, después de que fuiste general, mi generosidad por ti no la acabo, no te estoy comprando y menos quiero que entiendas, solo entiende algo, más allá de general llegaras, por vía mía como siempre, entonces lleva la fiesta en paz, como Dios nos la a dado por su voluntad".

Freniud "Milan , si tu plan es matar a la reina, y ponerme como rey, creo que estas en el lugar equivocado, el Rey se encuentra vivo, y si es así debes de decirle a Gelio que te deje entrar a verlo para que hables de lo que quieres hacer."

Milán "Algunas veces quisiera reírme de verdad que si Freniud, porque creo que quieres que aceptes que quiero matar a la reina para que tengas la intención de matarme".

Freniud "Ahora nos estamos entendiendo bien Milán, estas conversación me gustan mucho, porque me hacen sentir cerca de lo que soy".

Una persona entra a la casa de campaña, y es la joven que casi Freniud había matado, asustada, pálida , y con sus heridas secas en su cara, se acerca lentamente con su mirada al piso con una bandeja y una tasa de té caliente, que se la ofrece a Milan. Mientras Milán coge la tasa de té caliente, no le quita la mirada a Freniud, que mira a la joven con muchas ansias, como que quería verla de nuevo, él mira ala joven firmemente y una sonrisa aparece en su rostro, definiendo que le ha llegado una segunda oportunidad. Milán saborea su té , y es cuando Freniud lo mira y su sonrisa de sorpresa desaparece.

Milan "Freniud, en una hora salimos fuera de aquí, quiero que todos estén esperándome listo para partir, desmantelen todo lo más rápido que pueda, avanzamos sin tiempo que perder".

Freniud "Si, su majestad."

Freniud se retira con sonrisa de burla, mirando a Milán con poco respeto. Milán comienza a arreglar sus telas, llama a la joven, ella lo ayuda a cambiar. Ella comienza a doblar las otras cosas, y empacar las tasas y las copas en un cofre amarillo. Al terminar, ella con ojos al piso se queda esperando a Millán. Milán besa su crucifijo y se lo pone en el cuello, y es cuando antes de salir de la casa de campaña , se dirige a la joven, se para frente a ella.

Milán "Muy bien, muy bien, veo que tus habilidades como dama de la reina no te has olvidado, lástima que sea al el fenómeno masculino. Fíjate hija mía, tenía un sirviente muy, pero muy eficaz, lo quería como mi hijo, algunos 20 años a mi servicio. El pobre asta quería ser padre, si padre, me gustaba su ambición de que alguien quiera ser como yo. Pero no me gustan que me decepcionen y esperaba mucho de él. Y mira que interesante fue su pasión por mí, que asta probaba todo lo que comía con intención de protegerme. Pero en una cena entre compañeros de mi santidad, el probo antes que yo algo de comer, un hermoso postre dulce, que era especialmente para mí. Sabes, el era curioso, nos parecíamos muchos, la única diferencia es que a mí me gusta comer mi postre después de la cena, y él le gustaba antes de la cena. "Y es cuando en ese momento sentí cuando me sentaba en esa mesa con mis miembros de la iglesia y sentí que él se sentó también a comer con los sirvientes de la cocina. Sentí cuando el comió su primer bocado, y también sentí el mío. Y la decepción me toco la puerta, con su boca sangrando dijo unas últimas palabras, y fue que el postre no estaba dulce. Al caer muerto me di cuenta de que después de la cena me esperaba un postre envenenado. Y ese General que viste salir, que tanto odio le tienes por lo que te hizo, ese entro como fiera y uno a uno mato a todos con su espada, incluso le dijo Asus hombres que no lo tocara, porque él quería darse el gusto de matarlos a todos."

La joven con temor lo mira a los ojos, ella se queda mirándolo fijamente, con necesidad de decir algo. Sus manos tiemblan como si ha llegado su final, y es cuando se asusta notablemente cuando escucha a los soldados desmantelando el campamento.

Milán ¿"Como te llamas"?

La Joven "Serra, Serra Yabatis, su santidad."

Milán "Yabatis?,, Yabatis, Yabatis, Como es que conozco ese apellido, es algo que debo conocer, vamos habla sin miedo hija mía, tiembla tu voz hoy día, y no te escucho bien, pero Yabatis suena alto, recuérdame porque."

Serra "Galot Yabatis era mi padre, él fue el joven que murió envenenado con el postre."

Milán con cara de sabiduría mira a la joven, con pura certeza a lo que a dicho. Pone su dedo pulgar en su frente como pensando algo, como planeando bien sus próximas palabras.

Milán "Te he dejado pensado lo suficiente, Nora me hizo un favor en hacerte dama real, por mí, porque se lo pedí. Ya sabes que no fue porque agarraste mi cruz en tu momento de casi muerta que te rescate, y ahora sabes el porqué le dije a Freniud que no te matara. No es que estamos a mano, sino que me debes más de lo que tu padre hizo por mí, en este tiempo las deudas son más grandes que ayer hija mía. Mientras estés en mi vista él no te tocara, pero si desapareces de mi vista, y él te hace daño, no llores cuando me vengas a servir el té, mejor sécate tu sangre para que no me manches mis telas. Eres heredará de los temores de tus padres, porque cuando dormía en una expedición, muchos soldados se aprovecharon de él, y ahora que eres mujer, creo que me querrás más despierto que durmiendo, ya que te ven digna de coger."

Milán sale de la carpa, y al salir, la mayoría de soldados están en sus caballos, mientras algunos 20 de pie esperando para caminar a otra jornada. Milán con su vestimenta roja de sacerdote y sus collares de santidad puesto en su cuello, nota a Freniud, encima de su caballo con un pesado manto negro de lana. Un soldado le pone un manto de oso blanco a Milán, Milán apunta con su dedo a su abrigo, como dándole las gracias por obedecer a Freniud. Al montarse al caballo, lado a lado con Freniud, le indica los detalles de la expedición.

Milan "Cruzaremos el río Gag, para llegar a las montañas cerca de Murmulla, tengo una tarea de la hermana de la reina, donde ahí pasaremos por el reino de la hermana de su majestad."

Freniud con cara de disgusto, y pretendiendo a no escuchar a Milán, busca una manera de controlar su furia, pero su cara de angustia es más visible que su notable cicatriz."

Freniud "Nos ha tomado un mes para llegar aquí, sin idea a donde vamos, y ahora regresaremos unas semana atrás."

Milán "Órdenes de su majestad, para que ahora quites tu idea a quien soy fiel, el mensajero llego ayer en la madrugada y yo llevare esa orden mi general"

Milán empieza a cabalgar, mientras que Freniud nota a Serra que se monta en un caballo acompañada con unos de los soldados. Freniud le sigue el paso a Milán de lado a lado".

Freniud "Escucha bien sacerdote, mis hombres están cansados, agotados y con hambre, esta vuelta que nos lleva no nos favorece, el invierno se acerca y soy fiel a todo aquel que me sigue".

Milán "50 soldados con hambre y agotados?, tu lengua no solo te tiene la soga en el cuello, pero también habla como eres, terco y bruto sin pensar. Dime una cosa Freniud, Que batalla han peleado de ayer asta la madrugada?, porque si es así, he dormido sin levantarme a los gritos de sangre".

Freniud

"Un mes en una jornada creo que se le ha olvidado en donde estamos."

Milán "Entonces crías niños, no soldados que batallan?"

Freniud "Mi espada habla muy bien de como su órgano reproductivo puede dejar de funcionar, como un corte de carne de cordero que se los come los cuervos".

Milán "Amenazas y amenazas hijo mío, y como quiera sigues mi mandato, mira donde estamos, en un bosque abandonado, un solo camino donde sabemos lo que estará en el frente y lo que dejamos atrás, pero una cosa no sabemos claro Freniud, que a tu derecha y ami izquierda solo conocemos algunos sonidos de los pájaros que cantan con piedad y vida. Puedes arrojar mi cuerpo ahí en cualquier lado, y tus leales soldados cubrirán tu mentira de como he muerto. Pero sabes algo hijo mío, si acaso esos 50 están contigo, entonces estuviera ya muerto y no vivo."

Freniud mira a Milán con decepción, y su furia se convierte en una pesadilla, porque Milán se ríe sabiendo que si derrama su sangre, entre los 50 existen espías de Milán que ahora él ha admitido. Después de una hora cabalgando, el mismo camino existe sin fin ninguno. Milán mira al cielo como esperando algo que tiene que llegar. Mientras que Freniud con su olfato descubre lo mismo que Milán ha captado.

Freniud "Agua de tormenta, breve y pasajera, pero fuerte y fría."

Milán "Tenemos unas horas, debemos salir del camino y campar, pero antes, conozco el mejor campamento, estamos de suerte, porque cuando lleguemos ahí, puede ser que algunas preguntas serán respondidas. Apresura el paso y que diez de tú soldados estén en el frente porque vamos rápido.

Freniud da la orden, diez soldados cabalgan frente a Freniud, el motivo es que la gran velocidad que van a cabalgar no le permite a Milán a planear si algo le hace el frente, los soldados actúan de escudo, por si se encuentran con una emboscada o un enfrentamiento no planeado. Unas horas en el camino la lluvia empieza a caer, Milán alerta a Freniud que es tiempo de salir del camino, y es cuando le da la orden de entrar a la derecha, Freniud se apresura y llega donde están los 10 soldados y da la orden, los soldados cogen la derecha y ahora todos entran a los bosques. Todo árbol se mueve bruscamente por el paso de la lluvia que viene con vientos. Los soldados tienen problemas controlando los caballos, ya que los truenos el agua y el lodo lo incomodaban.

Freniud "Debemos de encontrar un lugar fuera de los árboles, un lugar llano para campar, si no lo hacemos rápido perderemos los caballos, y los que caminan están forzados por el lodo."

Milán apunta hacia el comienzo de una montaña, y es cuando ya todos caminan y cabalgan lentamente subiendo todo lo que recorren. Algunos soldados bajan de sus caballos para jalarlos de las riendas, ya que algunos resbalan y se caen, mucha dificultad es cada paso, porque parece como si la montaña se Vuelve más en contra, y es cuando casi todos bajan de los caballos por la posición de la subida que se inclina mucho más en contra de ellos. El único que permanece en el caballo es Milán, que casi se encuentra sentado en el cuello del caballo. Freniud furioso y agitado se empieza a incomodar nuevamente.

Freniud "Milán, el tiempo se te acaba, como es que me llevo de un sacerdote que solo conoce las comodidades de estar fuera del campo de batalla, espero que tu fe te dé confianza a no rempujarte de tu caballo para que des vueltas bajando la montaña, miserable."

Milán Llega primero a lo que es una sima de una colina, al llegar Freniud, el nota una llanura, verde todavía y mira a Milán con cara seria y respeto porque sabía lo que hacía. Freniud también se da cuenta de lo alto, de que las hojas cambian a marrón a una larga distancia, y nota la entrada a un bosque diferente a la llanura y todo lo que han recorrido, como que el verde de la naturaleza no existe en ese lugar.

Milán "Freniud, campemos aquí mismo, me llevaré 10 de tus soldados, regresaré en unas horas, cuando llegue que mi carpa esté puesta. Freniud, no me interesan tus dudas as lo que digo."

Freniud sin decir una palabra mira a Milán con puro odio, Serra llega corriendo bajando la colina y es cuando llama la atención de Milán.

Serra "Su santidad, lléveme con usted, seré buena, no dire ni una palabra, no estaré en su medio, se que le puedo servir su excelencia."

Milán mira a Serra que está en frente de su caballo, que ahora baja su mirada al piso con temor que su impulso de hablarle le haga daño.

Milán "Hija mía eres tan oportuna como lo era tu padre, si mi hija, me has hecho un favor, porque ahora que dices que me puedes servir para algo, ahora mismo sé que así será, si mi hija, tu presencia tiene una sola misión, pero ahora veo que otra puerta se ha abierto para ti, ven sube a mi caballo".

Serra se monta en el caballo con Milán, y mientras lo abraza de espada para no caerse, es cuando nota la mirada de Freniud, una sonrisa perversa y ella nuevamente baja su mirada. Milán y los 10 soldados cabalgan en dirección al bosque muerto, al entrar a los primeros árboles Milán mira por todos los árboles como presintiendo que algo se esconde. Los 10 soldados que los siguen en sus caballos, se asombran por dicho lugar, como que nunca se ha enterado de él. Milán da la orden de solo cabalgar paso por paso, los caballos comienzan a babear como si tienen rabia, Serra se da cuenta, y con miedo y frío por la lluvia que ahora es leve, ella insiste en saber.

Serra "Porque se comportan así su santidad?, están enfermos los caballos por lo que veo".

Milán Niña, no soy tu padre y menos tu salvación, no te acostumbre a mí, porque no soy tu amigo, más que un favor que le debo a tu padre. No hables sin que te digan, no seas impertinente, solo espera que abra yo mi boca y entenderás lo que sientes."

Serra se baja su mirada, mirando el lodo acumulado, notando cosas raras en el camino, se pueden ver algunos cráneos de animales, y también humanos, huesos y más huesos se acumulan mientras siguen adelante, de los árboles sale un líquido negro que los rodean como si fuese aceite tóxico, el olor comienza a estar presente, y los cuervos se escuchan más y más cerca. Milán escucha solo los pasos de su caballo, y es cuando mira hacia atrás y nota a los soldados que no quieren dar un paso más.

Soldado "Disculpe su santidad, pero esto es tierra maldita, me han contado y de aquí existen muertes de varios soldados que nunca regresan con vida, mi lealtad es con el ejército no con sus jornadas, no tengo orden de entrar a este sitio, la orden seria de la reina o Freniud, asta aquí llegamos, si su santidad quiere mi protección seria fuera de este lugar maldito."

Milan "Al contrario hijo mío, te agradezco que me dejes solo, tengo que bendecir este lugar así que es mejor que se queden por aquí. A unos minutos a tu derecha encuentras una choza y un establo, esperen por allá, y si tienen suerte encontraran pastos para los caballos. "

Serra trata de bajarse del caballo, pero Milán arranca en el caballo con más velocidad. Unos minutos después él vuelve a retomar el mismo ritmo lento. Y al encontrarse con el silencio empieza a hablarle a Serra, que está asustada y sorprendida con el lugar.

Milán "Inútiles y brutos son esos soldados, pasan por aquí de hace años, y su miedo en ciega su mente. Este lugar es igual que el verde de la naturaleza, lo único es que lo que vive aquí siempre lo adorna con su corazón, hablo del mal que he dedicado mi vida a quemar, el único problema es que existe uno de ellos que es pura ceniza, pero sin vida siempre presenta lo que significa. Si crees en demonios pierdes tu tiempo hija mía, y si el espíritu santo te protege pues que te sirva de alivio, lo único que te puedo aconsejar es que mejor solo entiendes mi cruz, porque lo que pasa en esta tierra solo Dios puede explicar, y como sabrás estoy más de este lado que su lado."

Serra empieza a ver los cuervos que rodean a Milán como si él estuviera muerto, todos los cuervos dejan de volar y rodean el caballo como si algo esperan. Milán sigue cabalgando sin importar que están enfrente. Llega y obliga al caballo a parar, como perdido y buscando algo conocido. Milán lentamente se dirige a la izquierda, cruzando aquel valle lleno de árboles sin hojas, y con pozos negro. Él se baja del caballo junto con Serra.

Milán "Quédate aquí muchacha, entraré por ese lugar estrecho, no pierdas el caballo, porque si lo pierdes serás comida de todo lo se mueve aquí, aprenderé contigo como sacrificar a la maldición un ser humano."

Con mucho miedo y ganas de decirle a Milán que la lleve con ella, la pobre Serra muy corta de edad no piensa escapar, por no saber qué hacer con su vida en un lugar tan temeroso. Su miedo es tan notable, que una y otra vez con sus manos juntas ora el padre nuestro calladamente. Su única vestimenta ya sucia de cuando le servía como dama real, ya no es blanca, sino más amarilla con agujeros notables, la sangre seca es visible, pero notable que a lavado su vestido de dama, que ahora parece un vestido de vagabundo. Sus marcas de acosos son muy visibles, su inocencia está presente, pero ella mantiene lo más que pueda su vestido que le cubre parte de sus senos, porque es notable el gran agujero que tiene. Vive con un manto gris ligero que sé lo pone por arriba para ayudar con el vestido, el manto era sin duda de algo que cubriera una mesa o cosas para no se ensucien con el polvo.

Serra con mucho miedo empieza a llorar, al secarse sus lágrimas, ella nota la presencia de Katizi y Nivek frente a ella. Nivek con su puñal en mano se acerca a ella.

Nivek "Si no quieres perder tu vida vuelve con tus soldados y les dice que se alejen de la choza.

Serra abre su boca como para gritar en silencio, no para gritar por ayuda, sino que su sufrimiento es visible de carne y hueso y ella no puede más. Katizi se pone en frente de Nivek y con su dedo le da la señal de que guarde silencio.

Katizi "Nivek es una niña, está asustada, no creo que sabe de lo que estás hablando."

Nivek "Claro que sabe, este caballo está bien alimentado, es un caballo militar tiene la marca de la reina, del ejército imperial. "

Katizi mira a la Serra con dudas, y Serra todavía llorando calladamente, aferrada y con voz temblando de puro miedo, gaguea tres palabras antes de que se le entienda.

Serra "Es de su santidad, su santidad Milán que ha caminado ese lugar estrecho en busca de algo. Váyanse de aquí, conmigo encontrarán una vida no deseada, no es vida, mejor prefiero la muerte".

Nivek "Katizi, nos tenemos que ir, Molava es asunto de la anciana ahora, y tus hijos serán....

Katizi "No son mis hijos Nivek, los quiero y los amo, pero mi sangre no son, la anciana quiso que sea así, para protegerlos".

Serra "No vaya a salvar a nadie, un ejército esta a poco tiempo de aquí, los matarán, cojan para el sur, y salgan sin mirar atrás. Si detienen a sus amigos Dios me dará la voluntad de acompañarlos, entonces estén tranquilos que aunque sea una niña como dicen, puedo compartir mi miedo y mis angustias con ellos."

Nivek "Katizi, debemos marchar, si me buscan es para matarme e igual harán contigo, si quieres no me sigas, coge tu camino, pero no dejaré que mueras aquí."

Katizi "Muchacha ven con nosotros".

Serra "Si más de mi sangre puedo arrojar para que tus amigos y los niños no derramen la de ellos, pues eso voy a hacer, insignificante soy, pero una cosa si sé qué hacer, ver mi sangre caer, por cara, cráneo, y partes intocables, entonces que se derrame toda y menos la de los tuyos."

Katizi se le salen las lágrimas, y sin conocer ni siquiera su nombre, abraza a Serrra con mucho amor. Serra rompe su llanto, como si su nudo en la garganta estuviera flojo. Nivek desesperadamente mira por todos lados, y asustado corre de un lado a otro.

Nivek "Katizi... Despierta y llega a esta realidad, nos tenemos tiempo"

Nivek y Katizi se alejan corriendo fuera de Serra, mientras que ya de lejos Katizi para y nota a Serra, que ella se seca las lágrimas y su valentía que nunca le hizo compañía le hace la bienvenida, preparada la pobre joven para entender que esta lista para un sacrificio para el prójimo si es necesario. Katizi y Nivek se pierden fuera de su vista? Al salir de un lugar estrecho, Milán se encuentra en él escondiste de la anciana, pero el agua llena el agujero.

Milán "Maldita bruja, no me digas que te ahogaste, quisiera que fuese así para no quemarte."

Milán deja el lugar y nuevamente se encuentra con Serra, que firmemente agarra su caballo. A la misma vez nota el semblante nuevo de Serra, seria y con su mirada fuera de los ojos de Milán, pero no mirando al piso.

Milán "Bien hija mía, veo que este lugar te ha cambiado tan pronto, no pareces hija de tu padre, el cobarde que fue toda su vida, y el valiente que conocí en pocos minutos.

Cabalgando siguen su camino Milán y Sierra, y al llegar a la choza, Molava como una fiera carnívora, defiende la choza con toda su furia. Todos los soldados sacan su espada, mientras que el soldado mayor le dice varias veces que la baje. Molava sin miedo y con rabia grita gruñendo como un leopardo

Molava "E aquí mi tumba, porque no serán mis gritos que le harán compañía hoy día, sino el roce de mi espada a su piel que confundirán con el rugir de un gato, un paso más y beberé sangre de sus seres cuando lamba mi espada".

Soldado "Como te atreves a dirigirte de esa manera a un soldado de su realeza, por la corona que te cortaré la lengua animal del bosque".

Molava "Debería ella de estar aquí para que mi espada hable por mí."

Todos soldados bajan de su caballo a en dirección a Molava con espada en mano, el primer soldado choca la espada con Molava que ella patea su escudero tumbándolo ala tierra, los demás se lanzan uno hiriéndola en la frente y otro en el brazo mientras que ella furiosamente todavía azota su espada contra ellos, pero solo el aire de la espada se siente, los soldados notan que no tiene estilo de pelear. Al estar rodeada y herida ella todavía con tu espada en mano trata de dar una última pelea, uno de ellos se acerca y ella tira su espada perforándole un ojo. Al no tener espada los demás soldados la golpean sin compasión.

Miláan "Basta, basta, no busco guerra y menos con una mujer."

Soldado "Ha matado a un soldado, a amenazadol la reina a muerte, será condenada a muerte, yo Capitán Kletus Arians te daré mi sentencia con mi espada para no perder tiempo"

Molava "Mira como me rio de tú amenazas y a tus muertos, sangre de soldados vive en mi espada."

Milán bajan del caballo y de forma bruta saca la espada del ojo del hombre muerto.

Milán "Capitán, que me dice de la espada de este cerdo hecha mujer?, de donde viene, de quien es o seria.?.

Kletus "No es Romana ni griega su santidad, no es de hoy día, no tiene filo."

Milán ". Entonces se puede decir que es de nuestros enemigos."

Molava "No se preocupe padre, la afilaré con el fémur de su cuerpo en carne propia."

Keltus agrede a Molava con puño cerrado, ella cae ala tierra violentamente, y es cuando se le encoge un lado de cara con puro dolor, cerrando su ojo izquierdo.

Kletus "La espada es enemiga su santidad, pero pueda ser que este animal la encontró en batallas de batallas".

Milán "La usa como si conoce una estrategia de guerra, claro con poco entrenamiento, pero mucha visión de algo que ella solo pudo ver. Viva la quiero, no muerta."

Keltus "Su santidad, me dicen que la choza no está abandonada, una anciana y dos niños están adentro".

Milán "Que salgan todos y me dejen solo, los ancianos son de poco escuchar, y los niños se pueden asustar con la armadura, entraré solo, y no quiero a nadie conmigo. Una cosa si le digo capitán, el animal lo quiero vivo cuando salga, a menos que usted quiere que su General haga de usted lo que quiera por desobedecer a no cuidar su traidora o traidor."

Kletus ¿"Sospecha de ella, de esta cerda.?

Milan "Una espada fuera del reino, es algo que puede tocar cualquier olfato y oreja."

Milán entra a la choza, y es cuando nota a los niños abrazados y a Ekatulia con su vista fuera de Milán y los niños, ella en su mundo sin mirar a nadie. Los niños asustadamente miran al padre, y es cuando sale de nuevo fuera de la choza y le hace señal a Serra que entre a la choza.

Milán "Serra, llévate a estos niños de aquí, quiero hablar a solas con la anciana."

Serra le agarra las manos a los niños, y al caminar con Serra los niños notan a Molava acostada en la tierra. Molava mira a los niños y se levanta nuevamente a buscar pelea.

Molava "Si los tocas te haré comer mi espada niña de cara de picada".

Un fuerte golpe le interrumpe el sermón a la Molava, El capital le da un fuerte golpe por la cabeza, que esta vez pierde el sentido y cae desmayada sin ella darse cuenta. Los niños cierran los ojos al presenciar dicha escena, y Serra sin mirar a nadie continúa caminando a los niños fuera de la choza. Serra se detiene como buscando donde llevarlos, nota como siempre un grupo de soldados acosándola desde lejos, esperando que se acerque, mira hacia la choza y no quiere desobedecer a Milán si los lleva por ahí, mientras que a la izquierda n soldado orina encima del cuerpo maltratado de la Molava. Es cuando ella nota un árbol sin vida, y se dirige hacia allá con los niños. Dos soldados salen del establo y le gritan groserías a Serra y la invitan a entrar. Con sus ojos al piso sigue su camino y sigue ignorándolos. Al llegar al árbol ella obliga a los niños a sentarse. Ellos asustados la miran...

Serra "No me miren, no creo que se quieran reír de mis pecas, o de mis heridas, no se burlen."

Miera Soy la niña Miera, y este es mi hermano Zatis, yo también tengo pecas en mi espalda, pero no tantas como tú."

Serra "Oh ni sabía, mi madre siempre decía que tenía que ser conforme con lo que Dios nos da, y me avergüenzo de mis pecas, porque mis pecas cubren toda mi cara, si supieras que algunas veces me miran y trato de que no me miren, pero sin yo darme cuenta, y es cuando me digo a mi misma que porque los miro, y digo que talvez yo soy la culpable de que me miren tanto.... ¿No te has sentido así".?

Serra se dio cuenta de que su inocencia de ser niña regreso al encontrarse con otra niña como ella aunque sean de más poca edad que ella. Ella nota que ha hablado de más, como lo hacía cuando vivía con su familia. Y es notable que se siente niña de nuevo.

Miera "Mm mm.. Si yo también soy tímida".

Serra "Pues somos dos".

Serra se ríe descontroladamente y de una vez talpa su boca para evitar las carcajadas.

Serra "Perdón, hablo demasiado, y a la misma vez me rio mucho cuando me siento cómoda. Cuando era niña hablaba de todo, de las flores, de las mañanas del día, de los animales, y asta de mi madre cuando cocinaba. Recuerdo el aroma de su comida, y esa sopa de pastos con sardinas que hacía, el aroma no se me quita de mi nariz cuando hablo de eso....... Oh, perdón sigo hablando de más verdad."

Miera comienza a reírse como una niña que es, y es cuando Serra también se ríe de ella. Mientras que Zatis todo serio mira para otro lado.

Serra "Tu hermano habla?, o acaso es mudo?".

Zatis "No, no soy mudo, pero mi madre me dijo que no hablara con extraños".

Serra "Ok pues...no es extraño, que no me extrañes, extraño."

En ese momento los tres se ríen a carcajadas, mientras que a Serra al reírse un fuerte sonido le sale de la nariz como si estuviera roncando. Ella se da cuanta ya muy tarde y los niños se ríen a carcajadas de ella, mientra ella se une nuevamente a las carcajadas.

Milán se sienta en una piedra acompañando la anciana, la mira fijamente a los ojos, pero ella como siempre en su mundo sin dar buscar contacto. Milán baja su cabeza y se tapa los ojos con las dos manos como lamentando algo.

Milán "Desde cuando eres niñera, abuela?,, eres una bruja rodeada por niños y gente salvaje. Conozco tu soledad y frialdad, lo único que te mantiene viva hasta ahora.

Ekatulia "Estoy vieja Milán, gran amigo si ese todavía es tu motivo de estar aquí. Necesito quien me haga algunas cositas para seguir sirviendo a Saxéx, el mismo Saxéx me ha llevado asta el fin, y he vuelto para atrás más de una vez. Crees que soy algo digno?, pues dire que si Milán, porque admito asta con la brasa más ardiente que soy lo contrario a usted que llaman santidad, pero como tú no quiero ser, porque engañas tu creencia con lo que no eres."

Milán se levanta de la piedra y con sus manos atrás, da 5 pasos para adelante y 5 para atrás, donde da la vuelta y regresa a sentarse a la piedra.

Milán "Tengo miedo a preguntarte de donde vienen estos niños Ekatulia, porque si no me equivoco existen sacrificios hace 8 y 9 años que debiste terminar, no me gustan las dudas Ekatulia, tu sabes que no. Eres y serás la única persona quien confió en este mundo, sabes que si, pero un pacto así debes mantener y aclárame que es así?.

Ekatulia ¿Hablas de los sacrificios que hago por mi salvador?, o hablas de aquellos sacrificios que tú me has mandado como obsequio para él, y para ti?

Milán "Hablemos de aquellos de la orden real, con el sello de la realeza de la hermana de la reina, aquellas criaturas que fueron hembras, aquellas que no seria necesidad de tenerlas."

Ekatulia "Ahhh, que vieja estoy claro, hace unos años me enviaste dos bebes reales, que sacrifique la noche de toraf, día del nacimiento de Saxex, si recuerdo bien a esa niña, y créeme que no sufrió, porque las hiervas que crecen en el bosque de Afad hacen que su cuerpo salga primero antes que sientan el cuchillo que derrama su alma."

Milán "Háblame de estos niños Ekatulia, de donde vienen"?

Ekatulia "Ahhhhh, no me hagas reír Milán, no son herederos, espero los 10 años para hacer con su sangre un ritual de vida para mí, su sangre está muy inocente para darme fuerzas, espero que estén más fuerte para poder gozar de su juventud."

Milan "Y yo que por un momento pensé que tenías una chispa de piedad en tu alma, que alivio que todavía a tu larga edad seas lo que eres, el demonio en vida Ekatulia."

Milán se levanta de la piedra casi al salir de la choza, regresa nuevamente donde la anciana, pero esta vez la anciana se levanta y agarra su mano.

Ekatulia "Amigo mío, acaso me ves tan tonta para no reconocer lo que as venido a buscar, hoy es tu día, y hoy es el mío, no te das cuenta de que después de tantos años me has dejado rondar estos bosques, aprendí mucho de lo que nunca sabes. En mi primer encuentro contigo con mi uña te pide matar, y hoy día solo basta un suspiro mío para que te quedes sin vida, no te engañes sacerdote, mi energía no la quiero gastar contigo, y menos con tus problemas. Te dije en un tiempo que me dejaras adorar a mi dueño, y eso me dejaste hacer."

Milán "La hermana de la reina ha mandado que te ejecuten, te culpa de brujería y culpa de todos sus abortos, dice que eres aquella que hechizaste su castillo para que sus hijos desaparezcan de su vientre."

Ekatulia "Si amigo mío, tenemos que cuidar tu generosidad Milán, porque sin tu ayuda esos niños no llegarían ami. Es tan difícil esperar un varón, y es tan fácil desechar una hembra, no que eras escritor antes, puedes mandarle una carta sin tu nombre."

Milán sonríe al escuchar lo último que le dijo Ekatulia, él sale con ella fuera de la choza agarrándola de un brazo, como si necesitara su ayuda.

Ekatulia "Amigo un favor antes de que me lleves a tu destino, esa joven se llama Molava, y es la que cuida de esos pequeños, quiero que lleguen a los 10 años y ella hará él sacrificó por mí, déjala aquí en el bosque, que necesito vivir en la otra vida".

Milán "La cerda es asunto del palacio, muerte, y traición a la corona, la hacen digna para quemar junto a ti. Los niños irán a la horca, como fugitivos y talvez sangre de la tribu de Murmulla, ya que están cerca de aquí. No existen huérfanos en el mundo de la reina, solo aquellos que se quedan huérfanos en la vista del palacio. Este es mi mundo Ekatulia, debiste salir antes de preguntarme tontas preguntas.

Ekatulia mira a los niños de lejos mientras camina, y logra a ver a Molava que ahora su sangre baja lentamente de su cráneo, Molava la mira con mucha curiosidad, mientras que Ekatulia sonríe, en ese momento Molava levanta su frente como con orgullo de no compartir la sonrisa. Ekatulia es montada en un caballo sola, porque ya el rumor de que es bruja a llegado a los soldados, y ningunos quieren estar cerca de ella, solo aquel que tiene que guiar al caballo con las riendas. Milán manda a unos soldados adelante, para unos arreglos para los prisioneros. Molava se acerca a donde esta Molava y es cuando nota su rostro lleno de sangre, sus manos atadas y un apeste a orina gracias a la gentileza de cada soldado. Milán mira al capitán.

Milán "Por lo menos le dan una bienvenida a como será su vida antes de que muera. Creo en ti hija mía, cuéntame quien eres y de donde vienes hija mía, y tu alma será salvada".

Molava escupe en dirección a Milán, y es cuando ella sonríe de buena manera, como si ella había hecho algo gracioso. Milan se acerca al capitán, y le da unas órdenes antes de marcharse de su vista.

Serra "Ok Miera, es mi turno a ver, soy deliciosa en la primavera, pero el invierno sigue siendo deliciosa al igual que en cualquier bosque que no me veas."

Miera "Esa está dura, pero creo que si me das una pista talvez pueda contestar."

Zatis "Una pista es un punto menos, perderías porque estoy arriba por dos."

Miera "No, no Zatis sabes muy bien que no es así, por eso te ríes, Sierra y yo quedaríamos empates mientras tú te quedas en el último lugar, quiero mi pista Sierra.

Sierra "Ok, ahí va,,, aunque el sol y yo parecemos hermanas, nunca su calor será mi fuerte, porque asi como sobrevivo el invierno así como sobrevivo el verano, y lo bueno de todo es que no tengo luna que se ponga frente de mí."

Miera "La naranja!!!!!!

Miera y Serra empiezan a reírse porque según Sierra esa era la respuesta, mientras que Zatis cruza su dos brazos como mal perdedor. La sonrisa de Serra es tan brillante que ella misma a olvidado donde esta, y es cuando su sonrisa se apaga más y más cuando logra ver a Milán que se acerca apuradamente. Ella se queda quieta esperando su llegada, y es cuando cierra sus ojos y recibe una brusca cachetada de Milán que la mira al caer a la tierra.

Milán "Niña estúpida, como es que tengo que venir aquí yo atento de ti, tú eres la que tienes que estar atenta de mí, donde voy donde estoy, llévate a estos niños de mi vista y camina lo más rápido que puedas, porque no te montaré en mi caballo." Apresúrate y si unos de estos dos están cansados arrástralo, porque tienen que llegar a donde cumplirán su deber como traidores."

Milán le da la espalda a Serra, mientras que los niños se abrazan uno al otro, ella los nota llorando sin saber que está pasando. Ella se levanta se limpia sus lágrimas agarra los dos de las manos. Sus manos frías por el miedo son sentidas por Serra, que ya pasado un minuto les dice....

Serra "Jugaremos a cuanto árboles vemos, Miera contaras lo de la izquierda y yo lo de las derecha, yo contare lo que he visto esta mañana y el que se acerque mi cantidad le daré un premio."

los niños alegradamente comienzan a contar. Más adelante la anciana mira firmemente el camino, ella escucha un sonido de una mujer quejándose, se da cuenta de que es Molava que la llevan amarrada de las manos atadas de la silla de un caballo que cabalga un soldado. Ella se cae constantemente, mientras que el soldado sigue galopeando como si nada esta pasando. Ekatulia con ansias espera que Molava le pase por el lado, y es cuando por un momento pasa por su lado y le da un mensaje.

Ekatulia "Katizi y Nivek muertos para ti, nunca lo conociste".

Molava escuchó a la anciana, pero hace de que no escuchó , para evitar sospechas, sus lágrimas empiezan a salir brevemente, ella respira profundo y trata de no sentir nada, ya que sonríe como si en su alma no existiera amor y cariño por nadie. Al llegar al campamento varios arreglos son notables, los soldados hicieron lo que parece dos jaulas de madera, que cortaron de los árboles largos barrotes de algunos 5 pies hacen las paredes, al igual que el techo con la misma dimensión, con fuertes sogas que juntan todos los postes. En uno de ellos arrojan a MoLava que mide algunos 6 pies y al entrar se para poco jorobada por el tamaño de donde está encarcelada.

Entran a los niños y Ekatulia en la otra jaula, donde ella se sienta y los niños cogen una esquina fuera de ella. 4 soldados rodean las dos cárceles, separadas algunos 4 pies de distancia. Milán llega a su carpa acompañada de Serra que está completamente sucia y agotada por el viaje, su respiración es notable, pero ella mantiene su postura de terror, con ojos al piso, y su tembloroso cuerpo que comienza a temblar siempre y cuando este cerca de los soldados y Milán.

Milán "Haces muy bien con quedarte ahí, yo me cambiaré solo, no quiero que tus manos sucias y tu lodo acumulado ensucien mis telas. Pero ten algo segura muchacha, la próxima vez que te vea por tu cuenta, mandaré al mismo Freniud que acaba lo que no terminó. Ahí un lugar donde te quiero llevar, y actuares como víctima, y quiero que seas tú que andes espiando si vez a un hombre con una nariz deformada, y un puñal cristiano. El encargado del templo digamos que talvez sea más cristiano que yo, y quiero saber si le está dando respaldo."

En ese momento llega Freniud entrando rápidamente sin notar que Serra está en la entrada. Con solo su armadura militar entra a la carpa para exigir respuestas.

Freniud "Según el capitán, me has traído una bruja, una caníbal, y dos niños que llegaran muy pronto al territorio de los muertos. Pero el problema no es ese, como es que Milán unos de mis hombres muere por una expedición hecha por ti sin mí.?"

Milán "Estoy cansado de tus inútiles preguntas, asta tus mismas acusaciones, pero eres tú el que quieres entrar a un agujero que no puedes salir. Sabes algo, al llegar esperé que por lo menos uno de ellos matara a la cerda, pero sabes que paso?, ella mató a uno de ellos, mientras que si no fuera que estaba sin escudero, creo que se llevaría a 5 de tus soldados reales, porque con todo y su mala forma de pelear, tiene el fuego de matarlos a todos."

Freniud "Porque no dejaste que acabaran con ella"?

Milán "Nunca mates a un traidor o enemigo antes de buscar algo más que te pueda ser útil, si le cortas la mano derecha entonces ve a ver lo que te dice la izquierda, después comienzas por las piernas y si vez una deformación entonces algo es diferente a la otra, que te hace pensar que no es igual a mí, y menos a ti, pueda ser que esa deformación sea una curiosidad, talvez de nacimiento o talvez de algo que sufrió, pero esa duda nunca sabrás sino preguntas el porqué, y si esta muerte esas dudas mueren".

Freniud No estoy para tus rompecabezas absurdos y que no llevan a nada, cuál es el plan, escúpalo de una vez".

Milán "Sabes que me hace falta, esos juegos de gladiadores que tanto e extrañado desde niño, me encantaba como todo el mundo nunca apostaba al héroe, recuerdo muy bien que solo un gladiador fue visto como un héroe, era como el rey de los esclavos, no me gustan finales así. Te tengo una sorpresa Freniud, ahora mismo recordaré esos buenos tiempos, y tu hijo mío te sentirás orgulloso de mi porque te lo traje aquí para ti, así que vamos, no perderemos el tiempo."

Al salir Kletus tiene a todos los soldados en un círculo, todos abren paso a Milán que se acerca con Feeniud, en el círculo se encuentra Molava sentada en la tierra con sus codos en sus rodillas, con sangre seca en su pelo y rostro. Su mirada de odio es visible.

Freniud "A que se debe esto Milán, que clase de locura es esta."

Milán "Es un interrogatorio Freniud, no sería bueno enseñarte algunas cosas ante todo, me tienes aburrido y este clima también es absurdo, un poco de diversión es lo mejor."

Milán le quita una espada a unos de los soldados, se la lleva a Molava, y es cuando unas de sus conversaciones empiezan a entrar en el pequeño coliseo hecho de soldados haciendo las paredes dejando un círculo, donde solo Molava se encuentra.

Milán Te traje un regalo, es una espada, mejor que la que tenías, incluso tengo curiosidad. Tu espada es hecha de un material conocido y enemigo, si me dices donde la encontraste o donde la hiciste, te prometo que saldrás con vida hoy día."

Molava "Le tengo que confesar algo padre, y se lo diré en voz alta para que no me guarde mi confesión, la espada que me han quitado es solo el comienzo del filo que le entrara por detrás en sus noches de pasión."

Freniud estalla de la risa, mientras que Kletus lo mira con cara de seriedad. Milán disgustado tira la espada cerca de ella y vuelve al círculo.

Milan "Capitán envíele sus 2 hombres y que no la maten, que la hieran como si la quieren matar."

Freniud " Ni un solo paso darás Kletus, primero esto no es honorable, y segundo una mujer no sabe pelear como un hombre, y nunca sabrá, por ser bruta e ignorante. Mejor buscas a unos de tus mensajeros, que son tan delgados como una mujer, y que ella use una armadura en su pecho que ellos cargan con ellos.

Milán "A caso el gran Freniud tiene compasión por esta cerda?."

Freniud "Sabe muy bien que no, pero me gusto lo de la espada en su culo, entonces quiero ver más de eso, no quiero que la maten tan pronto, tenía tiempo de que no me reía así, vamos a alargar esta experiencia."

Un soldado llega con la armadura de unos de los mensajeros, Freniud se la arranca de las manos y se la lleva a Molava.

Freniud "Levántate y ven donde mi, si quieres trae tu espada y me la entierra en el pecho, pero recuerda algo, me matas ami, y mataran a los niños hoy mismo, porque según eres su protectora, tú que según me cuenta sacaste tu espada como cuidando tus cachorros.

Molava se acerca y lo mira a la cara, sin miedo y sin nada que temer se le para en el frente en lo que él le pone su armadura en el pecho.

Freniud "Conozco tu clan, conozco tu tribu, esos ojos y ese pelo viene de un lugar muy conocido, puede ser que e matado a alguien cerca de ti, talvez tus padres, tus hermanos, no sé quién, pero sé de donde vienes, no ahí razón porque morir de esta manera si yo conozco tu olor que se esconde detrás de tu fragancia a orines y peste que eres".

Molava "Mira como tiemblo a tus amenazas puerco feroz, tu cicatriz me da mucho placer, porque me imagino cortándola yo en dos, sacándote tus ojos, y escribiendo en tu frente gusano muerto. Aunque sabes lo que más me gusta de ti, que tú según honor y risa a lo que llama chiste a tu novio, te ha debilitado en darme con que defenderme y con que respaldarme, ahora eres débil puerco feroz, porque te miran con burla, y burla según tu hombre de honor."

Freniud regresa furiosamente a donde esta Milán, en ese mismo momento Freniud mira a Kletus dándole la orden que ataquen, pero antes de atacar le señala que le envien 5 soldados, Milán interrumpe y cambia la idea, y señala que le envíe uno. El Soldado entra a el círculo, mientras él tiene su espada a la derecha, Molava carga la de ella con dos manos encima de la cabeza, el soldado azota su espada primero y Molava brinca para atrás para evitar, Molava azota su espada y solo aire se escucha. El soldado se acerca más a ella, donde la ataca chocando su espada varias veces que ella deja caer por la vibración del metal que sus manos no pudieron contener. El soldado trata de herirla, pero ella sale corriendo, mientras todos los soldados se ríen. El soldado se aleja de su espada, para que Molava tenga la oportunidad de levantarla. De nuevo Molava pone su espada con manos arriba de la cabeza, y el soldado muy confiado entra a atacarla primero donde descuida su defensa, y es cuando Molava da una vuelta que deja al Soldado tambaleando dando un mal paso, al final de la vuelta la espada de Molava corta un lado del cuello, una herida no severa, pero que ilustra sangre bajando.

Todos se sorprende, el capitán Kletus entra con toda furia, y Molava le hace el frente con su espada que ahora es Kletus que no puede contener su furia, Molava choca varias veces la espada del capitán, que él retrocede sorprendido hacia atrás, la furia de la Molava no se puede notar porque todo su pelo le cubre su rostro. El otro soldado herido le pasa la espada por la espalda de La Molava y ella grita como gata salvaje y trata de mantenerse en pie para esperar el segundo ataque. El soldado se acerca a ella y esta vez Molava herida no puede mantener su defensa y recibe una cortada casi mortal en su frente, donde cae a la tierra con dolor agarrándose la frente. Keltus se acerca y con espada en el aire trata de penetrar su espalda, pero es detenido por la espalda de Freniud.

Freniud

" No vaya a quitarme lo poco que tengo de entretenimiento mi capitán, usted se le olvida que casi lo matan si no fuese por la traición de uno de los suyos que por lo que veo ataca a espaldas." No me quite el aburrimiento mi capitán."

La mirada de Freniud se traslada a Serra, que está lavando algunos mantos de Milán, ella se da cuenta y regresa a la carpa de Milán.

Freniud

"Pero sabe que mi capitán, creo que he cometido un error, le dejaré esto a usted, y me dedicaré a lo mío, algo tiene que aprender en eso, yo tengo unos asuntos que un hombre no puede esperar, digamos que pueda ser que la naturaleza me llama como siempre me ha llamado".

Milán ". Unas palabras Freniud, no soy militar, y menos conozco el movimiento de una espada, pero o soy yo que me imagino que tus oficiales de alto rango son derrotados por una perra de la calle?.

Freniud se detiene, y sin mirar a Milán, algo dentro de él se siente avergonzado, pero más se siente un poco más orgulloso, entiende el mismo que talvez Molava represente algo que él a creído toda su vida, que sería aquel presentimiento de que la muerte no discrimina quien eres aunque estés tan preparado en un campo de guerra.

Freniud "Le dire una cosa, y escríbalo para que aprenda de él, hubo una vez un hombre que murió en una cruz, y sabe unas de las cosas que dijo?.... "Tú lo as dicho".

Freniud le da dos palmadas en el hombro a Milán, y se aleja de su vista.

Milan "Éntrela a su jaula, donde pertenece, mañana continuaremos este sermón, la, noche se acerca, y tenemos asuntos que arreglar antes de partir.

Ya de noche y la oscuridad haciendo su presencia, pocas antorchas se ven el campamento. El ambiente consiste en soldados borrachos por tanto vino, y varios animales en fuego que los soldados comen como si existiera el último bocado. Freniud camina todo el campamento, sin mirar a nadie, patrulla cada esquina del campamento asegurándose de que este protegido. Al pasar por la carpa de Milán, nota a Serra en la oscuridad, sentada en la tierra frente a Milán, mirando sus ojos que ahora están cerrados por la noche. Freniud entra al la carpa, y trata de tramar por segunda vez su plan.

Freniud "Eres Serra verdad?, perdón que no escuche tu nombre, ya que nuestro encuentro yo hable más que tú, digo si tus gritos cuentan, pues entonces hablaste en tu idioma. Ven conmigo, y así nadie te molesta, esta vez no harás ruido pequeña. A menos que quieras que te saque de aqui a la fuerza."

Milán despierta a los llantos de Serra, que trata de no despertarlo, pero ya era muy tarde. El Mira a Freniud, y se da cuenta de que la está acosando de nuevo a Serra.

Milán " Ella puede ser tu hija Freniud, que no sientes si estuviera un hombre asqueroso como tú por llevarse a esta niña?."

Freniud "Cuando tenga una hija lo tendré pendiente"

Milan "Hija mía ve con él, así duermo tranquilo, si no te lleva Freniud te llevara otro, vamos sal de aquí."

Un grito se escucha, es de una mujer, y la curiosidad de Freniud lo lleva al lugar donde están los presos. Al llegar nota al capitán y el soldado que fue cortado en el cuello por Molava, una fila de 6 están entrando uno por uno golpeando sin piedad a Molava. Freniud nota la sonrisa de Kletus y los compañeros.

Kletus "Mi General, sería bueno que usted dedicara su mente a relajarse un poco, como estamos nosotros".

Freniud agarra a Keltus por el cuello, le aprieta el cuello fuertemente y es visto por los otros soldados que dejan de golpear a Molava.

Freniud "Que honor buscas para ti, cuando esta casi te mato, si no fuera por el otro que tampoco fue útil. Si quieres matarla mañana es un buen día, y el otro también, pero no de esta manera, que más quieres muñequita sagrada, esta herida, casi sin fuerza, sin agua que beber, sin comida que injerir, y como quiera buscas más para tu beneficio, te enfrentas a una mujer que ni conoce la razón de una espada, y tú con entrenamiento del ejército real buscas una presa fácil."

Freniud lo suelta y Keltus cae a la tierra tratando de buscar el aire de nuevo. Algunos de los soldados levantan Keltus y se lo llevan, mientras que uno que está borracho se ríe como si Freniud fuera un payaso, al acercarse Freniud su cara se pone seria, y es cuando le arrebata de la mano un cuchillo de cocina y una manzana verde que planeaba comer. El soldado sale corriendo, y es cuando Frenieud se sienta en la tierra, acomoda su espalda contra los barrotes de madera de la jaula, y escucha silenciosamente las quejas de Molava por sus heridas y los golpes.

Freniud "Un caníbal como yo, que acostumbra comer manzanas con un cuchillo, no tiene sentido. De un bocado me puedo comer esta manzana, sin necesidad del metal. Pero tantas ganas tengo de despedazar lentamente, me gusta como la manzana pierde un pedazo poco a poco, escucho su sufrimiento al quitarle uno y otro pedazo. Es una locura, pero eso es lo que pienso, y esa es la historia el porqué el caníbal usa el cuchillo para comer una manzana. Es corta la historia lo sé, pero no me gusta que se termine ahí, porque tengo más y más manzanas que comer, cuchillos no me sobran, y ese es ajeno, pero yo que fuera tú, debes ser como la manzana, que por lo menos tiene la necesidad de ser despedazada, en vez del cuchillo, que cuando hace su trabajo, ya no lo necesito."

Freniud como la manzana, cada pedazo con el cuchillo, y mirando al cielo prefiere mejor estar sentado fuera de lo que es su mundo, esperando talvez algo oportuno.

Molava "Porque mejor no te alejas de mí, reconozco mi peste, pero la tuya desagrada más todo lo que existe aquí de podrido."

Freniud se riega en carcajadas, mirando al cielo se ríe descontroladamente.

Molava "Así donde estás sentado y con su mirada al cielo, le degollé la garganta a unos de los tuyos cuando yo tenía apenas 15 años, fue mi primer amor, porque al tener la hermosura de matarlo, mis ansias de terminar con cada uno de ustedes se convirtió en realidad. Tan perdido estaba el pobre, partían hacia una expedición de masacre, pero el pobre le gustaban las aves y la naturaleza, lo miraba día a día, pero él no se daba cuenta, si no me equivoco será su primera jornada. Pero fue su última, lo espere 5 días en la noche, y llego el momento donde él se quedó en sus pensamientos mirando las estrellas, porque espere aquel dia donde quería amanecer con la naturaleza, y al acostarse en el árbol, ya estaba atrás de él, mi espada le perforo el galillo, y por primera vez me miró, y yo a él, asta que sus ojos lo cerré porque ya no había nada que el podía ver."

Freniud tenía su cara seria, algo molesto, pero esperaba algo parecido, sus pupilas mirarán por todos lados, siguió comiendo su manzana como si nada hubiese pasado.

Freniud "Eres traidora de la Corona y creo...

Molava "Eres protector de la corona y crees que tu sangre discrimino, no encontraras nada en mí, porque no puedo ver tu espalda, pero te acuesta como hombre perdido, crees que te crees invicto en mis ojos, puedo matarte solo dame una espada y entra ami jaula, te crees tan confiado que eres superior a mi idiota."

Freniud se levanta del piso, y la mira de donde esta, se limpia las manos, se entra todo el bocado en su boca, tira su cuchillo a la tierra.

Frenieud "Estas en una jaula de animales, tienes algunos 50 soldados que buscan tu cabeza, me tienes ami que no te tengo pena, creo que es obvio a quien le toca ser superior."

Freniud regresa a la carpa de Milán, pero no encuentra a Serra, furioso y cansado busca entre los hombres por si acaso alguien se le adelantó. Caminando, una oscuridad hace su presencia y el cielo se vuelve negro, pronosticando una tormenta, la mayoría de los soldados entran a su carpa, y esto deja a Fenieud obligado a recorrer el camino con una antorcha. Freniud comienza a buscar por cada carpa, buscando a Serra que se le ha perdido.

Ekatulia duerme a acostada de lado, mientras Miera llora calladamente al lado de zatis que duerme un sueño profundo. Una voz hace su presencia " Estas vestida de novia hoy, vendrás a mi hoy dia". Ekattulia se levanta y con pura alegría se arregla el pelo se pasa la mano por la cara como limpiándose su rostro.

Ekatulia "Si mi amo, te he esperado desde el primer día que me entregue a ti ,toda la sangre que he colectado a tu honor es solo para ti". Llévame vestida de novia, que el fuego sea el ruedo de mis pies, y que mi cintura se adorne con su sensación ardiente, bailaré el Halla a tu nombre, doblaré mi cuello y empezaré a ladrar como lobo herido, para que sepas que el fuego solo me adorna mi piel, que se quemará al instante, pero mi alma caminara sin dejar cenizas que despejar."

Saxex "Toca la puerta ardiente y te vestirá de novia, tus ojos nuevos mirarán un nuevo camino, y en ese camino podrás mirar tu lugar aquí conmigo."

Ekatulia "Y yo contigo, porque eres mi camino.

Un sonido se escucha detrás de la jaula de Ekatulia, y Serra sale de la oscuridad, la luna respalda su imagen, y es cuando con mucho frío se acerca a los niños.

Serra "Hola esta durmiendo?, yo no tengo sueño, podemos jugar un juego sobre el lobo de la noche claro, no sé si se asustaran porque a mí me da miedo."

Serra nota a Miera llorando, y es cuando se acerca los barrotes.

Serra "Ok, no jugaremos a eso, veo que estás triste mejor jugamos a...

Miera "Mi hermano está muerto Serra, no se sentía bien, y se quejó de un dolor de estómago, y en pocas horas cambia su color y sus ojos se quedaron abiertos."

Ekatulia "El niño tenía mucha sed, y bebió toda el agua estancada en la tierra, creo que algo venenoso llego a su estómago, este niño tenía su fin, mejor que sea ahora, en vez de la soga del palacio."

Serra comienza a temblar, su boca quiere gritar, solo lágrimas salen de sus ojos, se agarra su boca varias veces, y trata de guardar silencio, pero el llanto de Miera aumenta más que llama la atención de un soldado que viene con su antorcha en mano a mirar que a pasado. Cuervos y más cuervos se escuchan cerca. Serra vuelve a temblar al escuchar el sonido.

Ekatulia "Pecosa, el soldado llegará, cuando veas lo que no soy, darás tu vida para llegar donde tienes que llegar, Miera tiene su madre y no es la que tus ojos me explican que as visto. Ella fue un sacrificio que no quise hacer, de la hermana de la reina que no la quería ver crecer.

El soldado llega furioso y disgustado, demandando con voz de autoridad , "Que pasa aquí grupo de gusanos". Él nota a Serra que esta al lado de la jaula, y es cuando la agarra por el cabello para llevarla donde Milán, Ekatuli toca la antorcha del soldado donde ella se prende como estuviera regada de gas propano. El soldado se asusta con lo que ve , Ekatulia paseándose con fuego por todo su cuerpo sin gritos ni sufrimiento, el soldado hecha para atrás, tropieza y se estalla fuertemente con la otra jaula de madera, derribando parte de la jaula, donde Malova con el cuchillo de manzana de Frenieud le corta la garganta. Sin tiempo que perder Malova carga a la niña Miera, y se pierde en la oscuridad, la imagen de Ekatulia llena de fuego camina lentamente por el campamento, alarmando a todos.

Milán sale fuera y no cree lo que ve, se queda catatónico al ver los soldados que usan sus arcos con flecha, pero ninguna flecha le interrumpe el paso a Ekatulia. Mientras Serra se queda pasmada, sin saber que hacer, después de unos minutos corre en la direccion de Molava y Miera. La oscuridad es inmensa, y Serra se encuentra perdida, y es cuando alguien agachado la agarra de una mano, es Miera que le avisa que baje su cabeza. Ella nota un soldado desesperado que mira lo que está pasando en el campamento, pero niega de dejar su puesto. Él grita de lejos" Que está pasando?, que es, alguien que me diga". El soldado escucha un sonido y saca su espada, escucha a su izquierda y azota su espada para ese lado, la oscuridad se apodera de la tierra, y los pasos son imposibles de ver, el soldado cuidadosamente da sus pasos buscando algo, y es donde estan Miera y Serra, escondidas agachadas en la oscuridad que no le permiten ver los pasos. El soldado mantiene su posición, y es cuando la luna sale a refrescar su visión, ya la tierra es visible, a unos pasos puede ver a Miera y Serra, y frente a sus piernas se esconde Malova, que le entierra el cuchillo en el galillo. Malova logra a tirarlo al piso, y se le sube arriba para estirar más el cuchillo. Al entender que vida ya no tiene, coge la espada del soldado y un saco de tela que encontró cerca de él.

Molava "No se queden ahí, y no dejen que me pierda en la oscuridad, síganme y no miran hacia atrás.

Molava, Miera, y Sierra, se pierden en el bosque, suben la colina por unos largos minutos, al llegar a la sima, notan el campamento lleno fuego por todos lados, y entrando el bosque de los muertos se nota La imagen de fuego de Ekatulia agarrando la mano de un niño, que también está prendido en fuego. Los dos se pierden en el bosque muerto, y su fuego se apaga en la oscuridad y tinieblas..

Continuará.....

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