Siempre he sentido cierta fascinación por este tipo de puentes. Imagino que los primeros puentes de la historia serian simples troncos de árboles caídos con gracia sobre un arroyo y que probablemente la idea del puente colgante surgiría en culturas montañosas de las antiguas civilizaciones para salvar obstáculos. Como todo, ha ido evolucionando en funcion de nuestras necesidades e intereses. Una de ellas a dia de hoy, es atraer el turismo,asi que en la localidad alemana de Morsdorf, pueblo pequeño en el que, aparte de la agricultura, no había más ingresos para los apenas 600 habitantes de la localidad, se pusieron manos a la obra. En un principio la idea de un puente colgante peatonal no fue aprobado ,pero más adelante tras un estudio de viabilidad y la correspondiente financiación, el proyecto se llevó a cabo en 2015 atrayendo visitantes desde el minuto uno, haciendo renacer así el lugar. Está construido siguiendo el ejemplo de los puentes colgantes nepalís y está suspendido entre dos cabezas de puente. Sus 360 metros de largo y 100 de altura no son recomendable para personas que sufran de vértigo. Confieso que yo soy una de ellas y a cada paso que daba sentía que se me aceleraba el corazón, por unos instantes comprendí lo que en psicologia llaman el efecto del puente colgante, el cual nos dice que en situaciones de riesgo o estrés, los seres humanos tendemos a ser más propensos a formar relaciones. Me explico, en 1994 se realizó en Canadá un experimento. En el cañón del Capilano hay un puente colgante de madera, de 150 metros de largo, bastante inestable y otro puente con menor altura, más ancho y sólido. Los voluntarios eran todos hombres, la mitad de ellos cruzaron por el puente colgante inseguro y la otra mitad por el estable. En la mitad del recorrido se cruzaban con una entrevistadora que les hacía preguntas sencillas con la excusa de investigar un bello escenario , como el del parque , sobre la creatividad .Al finalizar les daba su teléfono y les decían que podían llamarle si necesitaban alguna aclaración . El resultado fue que un mayor número de hombres que cruzaron el puente inestable llamaron a la mujer, se sintieron más atraídos que los que caminaron por el puente estable. La explicación que dieron es que en el puente inestable los hombres achacaban su aumento de ritmo cardíaco a la mujer, y no al peligro del puente, sus cuerpos engañaron a su cerebro pensando que la aceleración del ritmo cardíaco se debía a la mujer, pensando que algo habían sentido por ella. En mi caso he de sustituir a la mujer por la propia naturaleza, mi miedo a las alturas hizo que no quitara la vista de aquella maravillosa panorámica que me ofrecía y confundiese mis pálpitos con euforia y no con temor que era lo que en realidad sentí. Desde la ahora lejana pesperctiva y
sentada comodamente en mi silla,comprendo que el lugar no es tan espectacular como me pareció en su momento pero no hay duda de que disfruté mucho del viaje y recomiendo la visita a quien ande por esos lares.
Comments