Mientras Manuel y Jacinto se divertían con sus disfraces de muerto viviente en el porche de una casa, llamaron al timbre. A los pocos segundos, un hombre con una cesta y también un disfraz de zombi para celebrar Halloween, les abrió la puerta. «Truco o trato», dijeron los niños. Y el hombre, sin pronunciar palabra, se acercó a ellos, introdujo una mano en la cesta y extrajo el brazo de un hombre que había cercenado minutos antes dentro de la casa.
-Truco, niños. Truco -dijo el hombre, dejó caer la cesta, el brazo cercenado y agarró a los niños por las muñecas y los arrastró hacia el interior. Después, cerró la puerta.
Había varios cuerpos mutilados a lo largo del pasillo, toda una carnicería provocada por aquel hombre, por lo que los niños -aterrados hasta el punto de orinarse encima- intentaron escapar, pero otras personas, ataviadas con disfraces de muertos vivientes, aparecieron por la puerta del comedor y se abalanzaron sobre ambos.
Y tras una noche de matanza casa por casa, todos los muertos regresaron a sus tumbas a la espera del siguiente Halloween. Así comenzaba su Noche de Vivos en venganza contra el ser humano por su burla hacia los muertos.
Comments