Pablo, Laura, gritó Elvira,terminad la merienda y poneos los abrigos mientras acabo de tender la ropa, en 10 minutos salimos para el centro, no quiero llegar tarde. Ángel cariño, hoy va a tener que ser algo rápido de cena, así que ve pensando que quieres y así,a la que volvamos, paro en el súper y lo compro. Niñooooosss vamos. Ciao cielo, no te esfuerces mucho en el gimnasio que aún tienes la rodilla resentida de la semana pasada.
Antes de salir por la puerta, Elvira observa su demacrado rostro reflejado en el espejo de la entrada. Las marcadas ojeras le traen a la memoria la mala semana que lleva. La gran oportunidad laboral que la había surgido, se había esfumado. Con los ojos empañados, se dice a sí misma: Elvira: tus padres, Ángel e incluso algunas amigas, llevan razón, los niños son aún pequeños, la carrera profesional de tu marido está en pleno despeje y no puedes estar una semana al mes fuera de casa, es un descontrol para todos. Además los ataques de celos de Ángel irían en aumento. En la pareja siempre hay que renunciar a algo, eso es amor ¿ESO ES AMOR? O ¿IMPUESTA ABNEGACIÓN? se pregunta a sí misma incrédula, ya te saldrá otra oportunidad, no es el momento, se repite una y otra vez incansablemente, con la esperanza de que el desaliento que invade su alma se irá desvaneciendo. Su diálogo interno se ve interrumpido por las risas de sus hijos. Se ata un precioso pañuelo morado al cuello y con una gran sonrisa dibujada en la cara, agarra la pancarta en la cual se lee: HOY VAS A SER LA MUJER QUE TE DE LA GANA SER y en el reverso ´MANOLO HAZTE TU LA CENA´
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