Enjambre de nombres propios (y 3)
- J.R.Infante
- 30 jul
- 3 Min. de lectura
.../...
En una de las calles que confluyen en la plaza se perciben los destellos azulados de dos motos de policía que avanzan sigilosas sin armar ruido. Ángela Merkel resuena cerca de mí, en libre competición con la Virgen del Rocío, a la que alguien reconoce como la Blanca Paloma, ahora identifico mejor a las motos y los cascos de sus ocupantes, que parecen dirigirse hacia el puesto de patatas fritas, entre ellos dos brazos en alto cargados de cerveza y unos silbidos; su presencia focaliza la atención de todos los que ocupamos las gradas, aunque abajo la gente sigue a lo suyo: Nadal, leo en unos labios masculinos, Federer ⸺contestan otros femeninos, los policías se apean de sus monturas y charlan con el hombre damnificado. Un perro dálmata tira de dos niños, Miyamoto ⸺va diciendo uno, Mario ⸺le responde el otro, no queda ni un naranjo libre, los vencejos vuelven a la carga, no le temen ni a los rayos lumínicos que atraviesan como si pasasen a otra dimensión, se me está antojando levantar el culo de la grada pero temo que la parte trasera de mi pantalón se quede fundida a la losa del improvisado asiento, una pintada alusiva a Rajoy lo sitúa junto a Hollande pero no acierto a distinguir en qué términos, me lo tapan dos señores de amplio tórax que ríen sin parar. Hasta la posición de los guardias llega el perseguidor del ser diminuto, casi sin aliento, mostrando la gorra que le cubría la cabeza, aunque para desconsuelo del vendedor de patatas es todo lo que se ha podido recuperar, ignoro si la policía considerará la gorra como objeto a tener en cuenta aunque sea sólo para la obtención del ADN. Un payaso con un cesto lleno de globos se desliza por el centro de la plaza, tal vez terminó su jornada laboral y decidió refrescar la garganta, sólo que porta una pequeña pancarta en la que se lee: “Comunidad de vecinos 15M”, algunos se acercan a él, les reparte folletos; en otra oleada de labios que se abren y cierran leo que Picardo ⸺al que no hay que confundir con Pichardo⸺, se queja de la situación de la pesca en Gibraltar, mientras que Chamizo defiende a los ocupas, por un momento me ha parecido ver a Lucía, pero enseguida la he perdido de vista, el flujo de idas y venidas al interior de los soportales está alcanzando su máxima cota y a mí el poco aire que se mueve me sabe a cerveza, la gente fuma, habla de Camarón y su eterna presencia en la Bienal, por mi derecha se habla de Wert, por mi izquierda de Fuskushima, por mis pies de la Real Academia y Francisco Franco ¡menos mal que la espalda la tengo cubierta con las rejas de acceso a la iglesia!, me da por pensar en el ser diminuto y el uso que hará de los fondos sustraídos, pero me acuerdo de Bankia y no soy capaz de seguir el hilo de lo que pudiera ser una bonita historia, ya se fueron los policías, el hombre más mal que bien sigue despachando y la gente bebe, fuma, ríe mientras que Lucía sigue sin aparecer.
Estoy ya en las páginas de la programación televisiva y me quedo sin argumentos para seguir esperando. Mejor me levanto y me voy para casa. Con la vida que tiene esta plaza siempre ¿a quién se le ocurre quedar con ella el día de la huelga general?
J.R.Infante

Comentarios