Don Arturo Estrada construyó el gran castillo en Isla Espinal en años anteriores al hallazgo de la gárgolas de piedra; se sabe que fue en 1976 cuando el barco pesquero “Democrático” arribo a la costa de la isla, en plena noche lluviosa. Los tripulantes recibieron una cuantiosa suma de dinero por entregarles las gárgolas al excéntrico multimillonario. Arturo, quien era conocido por practicar la magia negra y (posiblemente), Grado 33 de la masonería, estaba empeñado en adornar con aquellos monstruos de piedra las cuatro esquinas de su fastuoso castillo. Mezcla de arquitectura gótica con algunos tintes de barroco, aquella abominación arquitectónica fue con los años, escenario de extrañas muertes.
El mismo Arturo murió en raras circunstancias, practicando magia negra. Su esposa envenenada; los hijos, fruto del tormentoso matrimonio Estrada-Valencia terminaron igual de siniestros o misántropos que su padre. El mayor terminó en Europa, el segundo es el actual dueño del castillo y la tercera (hija ilegítima de Arturo) vive en Caracas. Todavía circulan rumores de que el castillo es una puerta a dimensiones infernales, que en ciertas noches permiten que las gárgolas de piedra cobren vida.
Comments