¿Era un concierto? ¿Un gran evento? No lo sé, pero estaba en medio de la multitud, buscaba a alguien y no supe quien era hasta que te vi, alegre y sincero, nuestros ojos se encontraron, los tuyos rasgados y profundos, los míos asustados y nerviosos, atraídos como un imán, fue entonces cuando me fui acercando sin apartar mis ojos de los tuyos.
Cuando llegué a tu lado, no pude mas que pedirte una foto, cosa que accediste con buena gana, sin embargo, eso no era lo único que buscaba mi alma, así que decidí jugármela con todo y pedirte un beso.
El silencio se hizo entre nosotros y a pesar de la electricidad ya más que palpable en ese momento, temí el rechazo y justo cuando me iba a despedir, respondiste de manera afirmativa.
Tardé unos segundos antes de reaccionar, pensé que me estabas gastando una broma y una muy pesada, pero diste un paso mas hacia mi y nuestros labios se unieron, fue solo un toque, gentil y dulce, pero justo cuando te apartabas ya cumpliendo mi petición, mi cuerpo reaccionó por voluntad propia mordiendo tu labio al retirarse.
Después de eso fue todo confuso y claro al mismo tiempo, en un segundo vi tu mirada pasar de sorpresa a deseo y antes de que me diera cuenta me estabas apretando fuerte contra tu cuerpo y nuestros labios comenzaron la danza de una melodía que solo notros escuchábamos, el mundo era ajeno a nosotros, ¿fueron segundos? ¿minutos, quizá? Los cuales mi cuerpo y mente no reaccionaron más que a ti, a ese momento.
Pero todo llega a su fin y el mío fue como un balde de agua helada, caí en cuenta que no había asistido a ese lugar sola y en el momento que nuestros labios se dejaron de tocar, supe con certeza que él me estaba viendo entre toda la gente, que me estaba viendo en tus brazos como nunca estuve en los de él.
Sentí el cuerpo tembloroso ¿Qué estaba haciendo? Pensé mientras giraba mi vista hacia atrás y me apartaba bruscamente de tu abrazo, para chocar mi vista con la persona que se había convertido en mi pasado.
Tu, totalmente desconcertado, seguiste mi mirada y lo supiste enseguida, no hizo falta que te dijera nada, te apartaste aun mas de mi y me viste con ¿ira? ¿odio? ¿celos? y te fuiste y quedé partida en dos ¿a quién debía seguir? ¿a quién le debía explicaciones?
En mi confusión, comencé a caminar hacia él, hacia mi pasado, y cuando ya había dado una docena de pasos, tuve un instante de claridad, volví mi vista hacia ti, hasta donde habías desaparecido entre la multitud y te vi fijándote en mí, esta vez fue tu turno acercarte, venias como ojos tristes, luego furiosos y al final posesivos.
Me tomaste en tus brazos y tus labios me reclamaron tuya y supe que ya no tenía escapatoria.
Fue solo un sueño, pero recuerdo cada latido, cada sensación, tus labios suaves, luego duros y salvajes y delicados al mismo tiempo.
Pero no se por qué te cuento esto, no hace falta.
Dime ¿acaso no lo recuerdas?
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