Los viejos moradores de las montañas malditas, esos maltrechos hechiceros, obsesionados con las leyendas, aun no dejan de contar las hazañas de
el loco dios chacal. Como en un tiempo primitivos, carente de todo significado cósmico, el espíritu sin nombre quiso crear a su antojo los pululantes seres de Mundo Chacal. No se, oh querido lector si querrás llamarlo Daxzax, Daxshamayin, Hazel Thet, Malamyi o como un literato lo llamo: Liberiok. Que criaturas nauseabundas navegaban los pantanos del Gran Sepulcro, que los mandriles de bronce sostuvieron cruentas guerras contra las águilas de sangre y, pero aun, el misterioso ejercito de los autómatas del fuego y, el exterminio de aldeas enteras por parte del Medievalista; por triste que parezca son historias que han sido encapsuladas en los espacios fluctuantes de la inventiva, universos construidos minuciosamente por el literato aquel...¡Oh querido lector, tu sabes de quien te estoy hablando! Jeremías Uther, el excéntrico escritor de fantasía muerto en extrañas circunstancias. A ese que Dios no le dio mucho tiempo de vida pero si una eternidad de creatividad, para plasmar su mitología bajo el vasto cielo escarlata. Aquel mundo aun vive y palpita en las etéreas regiones del pensamiento...Pero total, ¿que diablos te importa a ti esta aburrida historia? Al menos confórmate con saber que aun podríamos soñar con un cielo escarlata...
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