ELEMENTOS

Viento, frío y poderoso, necesario y prodigioso.

Imagina tener de todo es poder, al menos un trozo.

Oír desde tu casa el quejido de un oso.

Sería grandioso.

Luz, la energía que se crea cuando una pareja conversa.

Aquello que nos ilumina desde antes que naciera el primer Rey Persa.

Lo que alimentará a los futuros Versa.

Luz, lo que olvidaste al elegir el otro extremo de la fuerza.

Lluvia, dadora de vida, nada la detiene.

Es también tenebrosa cuando en grandes cantidades viene.

Tener todo ese poder puede que tu alma envenene.

Algunas veces el poder tienes, algunas veces, solo cuando te conviene.

Si es para tu plato solo eso importa.

Si es para compartir tomas una bolsa rota.

Como no te interesa piensas: igual no lo nota.

Tenéis el poder y pones las reglas del juego, claro, es tu pelota.

Un gran poder… el resto lo conoces.

Puedes ayudar a los demás, puedes de las plantas oír las voces.

Puedes sembrar maravillosas cosas, pero eres tan egoísta que ni la boca te cubres cuando toses.

Prefieres darle a espalda a todos, enviarlos solos a enfrentar a los Bosses.

Viento, lluvia, no hay que olvidar el fuego.

También lo posees, tienes la llamarada del ego.

Tan incandescente y brillante que todo lo tomas a juego.

Pero después te quejas cuando alguien te dice hasta luego.

El calor lo fertiliza, el agua lo humedece y el aire lo erosiona.

Me refiera al suelo, a la tierra, de la que está hecha cada persona.

Todo lo has banalizado, a tal punto que ya nada te emociona.

Ya no reconoces la hermosura de ver como un huevo eclosiona.

Hielo, casi lo olvidaba.

Lo que pasa es que es tan frío que lo confundí con tu alma congelada.

No entiendo para qué la conservas si no la usas para nada.

No habría diferencia si la sueltas, total, la tienes abandonada.

Espero que cuando escuches esto, algo te haga sentir.

A los dioses supremos les ruego que te devuelvan la voluntad de compartir.

Hay una última cosa que te quiero decir.

No conoces el amor ni la amistad, yo siento lastima por ti.