Blanca despertó luego de haber estado ocho meses en coma. Su mente era como un papel en blanco, los recuerdos habían escapado de su cabeza.
Antonio nunca se alejó de su lado, y aunque ella no se acordaba de él, ese joven guardaba la esperanza de que un milagro ocurriese.
Una mañana de primavera, la invitó a dar un paseo en bicicleta. Recorrieron cada centímetro de aquella playa en la cual se habían enamorado.
La magia del lugar los invadió y sucedió lo que tanto habían deseado: los recuerdos comenzaron a alojarse nuevamente en la cabeza de la joven. Y también en su corazón al recordar cada instante vivido junto a Antonio. "El amor sana", pensó ella mientras lo tomaba de la mano para jamás soltarlo.
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